Thiago tiene 11 años y viene con su madre Karla desde Granollers, Barcelona, trayendo consigo una dosis extra de competencia.
Este dúo se reta constantemente en ajedrez y matemáticas, porque contra el “flowsito” de Thiago no se puede competir.
Los Falcones están listos para conquistar cada desafío y demostrar que el flow y la inteligencia son su arma secreta.